#ElPerúQueQueremos

Cusco apesta

Llamado de atención a las autoridades que permiten que una hermosa ciudad se convierta en una letrina

Publicado: 2013-07-08

Hay tantas cosas bonitas que contar de un viaje a la ciudad del Cusco y me apena mucho tener que contar lo malo primero. Pero hay cosas que indignan y que no se deben tolerar.

El sábado último terminaba un viaje a la ciudad del Cusco, a la que he ido una docena de veces siempre con mucho gusto y con ganas de regresar. Visité a un viejo amigo que ha remodelado una antigua casa colonial en una calle peatonal  pero muy cercana a la plaza que sería la continuación de la conocida calle Procuradores. La casa es una joya: muros empedrados, techos altos, patios con canales para el agua de lluvia y salida a dos calles: por la parte posterior se tiene acceso a la calle Suecia que conecta la plaza de armas con la avenida Don Bosco, camino a Sacsayhuaman.

Mi amigo, un cusqueño orgulloso de su ciudad, me invitó a caminar por los alrededores de la recientemente restaurada iglesia de San Cristobal y visitar un un proyecto llamado "Estación San Cristobal" un espacio de tertulia y café montado en un vagón de tren del siglo XIX. 

"Queremos mostrar al mundo un Cusco diferente" - me decía mientras me comentaba sobre varios otros lugares que están siendo recuperados. 

Bajé luego por la calle Suecia hacia la plaza. A lo lejos un tumulto de gente cerca del arco que conduce a la plaza, giré hacia la derecha esperando encontrar lugares poco conocidos de esta bella ciudad. Lo que encontré fue espantoso: la calle Huaynapata era un baño público para hombres y mujeres; para locales, limeños y extranjeros. 

Seguí caminando y me di cuenta que no se trataba únicamente de esa calle: todas las calles cercanas a la plaza presentaban la misma situación.

Pocas horas después, el sol de la mañana mostraba el resultado de la falta de atención y cuidado por la ciudad mientras los soldados marchaban hacia la plaza muy ordenados sobre la inmundicia resultante de la noche de juerga cusqueña que aún para muchos no terminaba. 

Yo buscaba un cajero electrónico esa mañana y entré al del Banco de Crédito en la esquina de Plateros y Espaderos - la esquina misma de la plaza de armas - no pude soportar el olor de lo que había sido el refugio de los "más pudorosos" de la noche anterior.

Con ese recuerdo fresco me embarqué de regreso a Lima pensando en todas aquellas personas que invierten en recuperar los atractivos del Cusco mientras las autoridades no hacen nada para evitar la destrucción del centro histórico de la ciudad conocida como el ombligo del mundo, el principal destino turístico del Perú.

¿Es acaso tan difícil?


Escrito por

Jorge Bossio

Infonomista, experto en TIC para el desarrollo, políticas de Internet y gestión del conocimiento.


Publicado en

Línea de Vista

Notas sobre Internet, políticas públicas y Sociedad de la Información