La historia del uso de globos para llevar información se remonta a casi 1.800 años, señala Rich DeVaul, arquitecto en jefe de Google. Fue entonces cuando, según la leyenda, un general chino envió una linterna flotante en el cielo para pedir más tropas.

La idea de cubrir un área con señal de internet usando un globo no es nueva, incluso en la localidad andina de Callahuanca ya hace unos 10 años se había probado poner una antena en un globo anclado a tierra, el problema siempre fueron los vientos. Pero la idea es no anclar los globos sino dejarlos volar, dice DeVaul. 

"Decidí que tal vez ese no es el problema a resolver." En su lugar, se preguntó, ¿y si el problema era encontrar la manera de mantener el globo cubierto con una red de globos en constante movimiento sin ataduras?

El fruto de esa idea es el "Proyecto Loon", que lanzó su primer experimento público el mes pasado en Nueva Zelanda, con 30 globos para tratar de llevar las señales inalámbricas de 50 pobladores.

"Muchos de nuestros vuelos hicieron realidad exactamente lo que pensamos que iban a hacer", dice DeVaul. Pero algunos no lo hicieron, y sus viajes inesperados revelan los retos del futuro. De hecho uno terminó en la Antártida arrastrado por una tormenta.

Los globos se basan en la predicción de la dirección del viento para la dirección, ya que sólo se pueden mover hacia arriba y hacia abajo. Una mala predicción traerá problemas. La idea es que el número de globos en el aires aumente y permita un nivel de redundancia adecuado para atender estos problemas.

"Hemos demostrado que podíamos poner en marcha unas pocas decenas de globos por un corto período de tiempo", dice DeVaul. "Ahora tenemos que ir y lanzar potencialmente cientos."

Aquí el video promocional del proyecto y luego el video que explica la tecología utilizada: