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Adiós al modelo Google

Cambio en políticas de incentivos a la innovación genera sorpresa entre quienes la veían como un ejemplo de la gestión moderna

Publicado: 2013-08-18

Google había destacado por implementar un sistema de incentivos a la innovación que permitía que su personal utilizara hasta el 20% de su tiempo en sus propios proyectos. A esto se le conoció como la regla del 80 - 20 y ha sido ejemplo y motivación para muchas empresas - no solo del sector tecnológico - para motivar a su personal. Google, al parecer arrastrado por la crisis del crecimiento, estaría abandonando esta política.

La noticia corrió como reguero de pólvora esta semana pues parecía increíble que una empresa tan presente en el ideario colectivo, el modelo de "Best place to work" de la era digital se esté convirtiendo en una empresa tradicional: lenta y burocrática. Increíble cuando hasta hace poco Forbes había señalado que esta regla era parte del secreto del éxito de Google.

Para el experto español, Enrique Dans, lo que observamos forma parte de un proceso natural de envejecimiento de las organizaciones, que no solo le pasa a Google: le pasó a Microsoft, a Yahoo y le podría estar pasando lo mismo a Apple. Y es que las organizaciones son sistemas vivos y complejos y la cultura dentro de las organizaciones requiere mucho trabajo de mantenimiento.

"Preservar una cultura que mantenga la innovación al margen de los procesos establecidos supone casi una esquizofrenia, una necesidad de mantener una doble personalidad que por un lado consolide e incremente la eficiencia, pero por otro permita la actitud iconoclasta necesaria para plantear ideas completamente nuevas. Cuando se dice que Google está siguiendo el camino anteriormente marcado por Microsoft, no se dice por casualidad ni por frivolidad: es el camino natural que siguen la mayoría de las organizaciones". Enrique Dans

La fama reciente de Google en el campo de la innovación no nos deja recordar que tanto HP como 3M tenían la misma política: "dejar espacio a los ingenieros para que puedan crear", política que fueron abandonando conforme se consolidaban en el mercado. 

Es claro que la innovación y la eficiencia no siempre pueden ir de la mano. 

Hace poco estuvo en Lima Alex Castellarnau de IDEO, una empresa de Silicon Valley dedicada a la innovación disruptiva. Castellanau señalaba que innovar no era juego de un día, ni de un taller cada tanto, sino que tenía que ser adoptada por las organizaciones como parte de sí misma, pero que, al mismo tempo era necesario tener en cuenta los costos de innovar, que implican estar dispuestos a fracasar en el intento, muchas veces.

Ahora el personal de Google debe pedir permiso para dedicarse a una idea personal o hacerlo fuera del horario de trabajo y luego someterla a la aprobación de los jefes antes de encontrar apoyo para implementarla o trabajar un prototipo. Ahora un equipo dedicado a la innovación trabajará por un lado y el equipo de operaciones por otro, separando así el mundo de las ideas con el mundo de los negocios.

¿Dejará de innovar Google? No, pero ya no será una empresa que se sustente en la innovación y probablemente se dedicará a comprar prototipos creados en otros espacios más pequeños y más flexibles. 

Para Casey Johnston de Ars Technica este cambio en la política de Google no solo es natural sino necesario pues, señala, la empresas necesita concentrarse en mejorar sus productos y que la regla del 80-20 es más para una Start-up que para una empresa tan grande.

¿Era inevitable? Es decir, ¿toda empresa está condenada a crecer hasta dejar de ser lo que es? 

Por ahora no nos queda más que despedirnos de la "empresa modelo" que inspiró tantas charlas, seminarios y libros, mientras levantamos la mirada para buscar nuevos modelos que nos inspiren.


Escrito por

Jorge Bossio

Infonomista, experto en TIC para el desarrollo, políticas de Internet y gestión del conocimiento.


Publicado en

Línea de Vista

Notas sobre Internet, políticas públicas y Sociedad de la Información